Érase una vez...
¿Wyoming?
Entonces el príncipe envió una cesta de fruta envenenada a Wyoming.
Pero llegaron al estado de EEUU y murió toda su población.
Entonces decidió hacerse república independiente. Y le enviaron unos planos, un montón de piezas y una llave allen diminuta, para que la montase él mismo.
No consiguió montar la república pero le quedó una mesa de comedor monísima.
Pensó que el espejo podría estar roto, fue a la tienda pero le dijeron que funcionaba perfectamente. Al gracioso no le hizo mucha gracia, no así al espejo que todavía se está riendo.
Volvió a su palacio apesadumbrado, pensando cómo podría ser más gracioso que nadie...
BEEEP BEEEP BEEEEP BEEE PUM
- Levántate Andreu, que hoy tienes programa.
- Otra semana más, se acabó el relaxing time...
- jajaja
- (seeh, sigo siendo gracioso, era sólo una pesadilla)
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