Hoy sí, el vestuario de Andreu estaba archicorrecto. Perguapu. Corbata, chaleco, zapatucos (sí, Berto, za-pa-tos) y hasta reloj a juego.
Efectivamente ahora falta que el equipo le encuentre hoy un chaleco que pegue con esa horr... esa camisa de Custo. En mi memoria pasea uno en tonos verdes que le quedaría... decente.
¿Y para Bob Pop no había? Le pega total. No sé, que lo diga hoy Marc Giró, que es el detallista.
Lo que no fue un detalle fue dedicar unos minutos a Rajoy y Aznar. Vaya dos, vaya pareja. Si no importa, me quedo con otro par de dos.
Supersexy chupar caramelos con el papel puesto.
Igual que superarriesgado es darle ese palizón calificativo al Justiniano. Ya el pobre bastante tiene con esa legión de creyentes, con la empresa discográfica que hoy es un producto y mañana es un producto... pero de desecho (una mierda, pa que me entiendan sus fans).
¿Me están diciendo que su música es un mojón y el día antes llevan de invitado a Paquirrín?. Irá en gustos, digo yo. No lo defiendo ni lo ridiculizo. Tampoco me parece mal la mofa. Es humor, babys (babys babys oooh).
Cuidadín no os echen un mal de ojo entre todas, que son adolescentes y un kilo de hormonas pesa más que un kilo de sensatez.
Por si acaso, que venga Andro Rey y nos haga una mancia de esas.
Para hacerle un homenaje al programa, quiso ponerse él también un chaleco. Y con la jugada, hizo de Kike toda una cabra (¿o era un cabr**?). La verdad es que con tanta frikada estará pasando mucha hambre y querría darle por tó el chacra.
Guarrindongadas como la de los pelotazos me las comía yo en los cumples cuando era pequeña, tras la frase "¿a que no tienes narices a...?". Esa mezcla era deliciosa comparada con lo que le añadía: refresco de cola, de naranja, patatitas, mortadela, croquetas y lo que hubiera encima de la mesa. Remueves y prueba. Y si mi regalo le parecía una mierda a mi amiga cumpleañera, que se pasara luego por el baño a ver si ese regalito le gustaba más.
Y esta noche más. Jarenagüer, achirinau.
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