Anoche una nueva sección comandada por Bob Pop. Un tipo al que le voy cogiendo cariño. Hace unos días leí por twitter que mucho corear a Berto pero el bueno de Bob ná de ná, y se merece su aplausito guapo. El caso es que en el Bob Punk se hacen eco de los comentarios sociales menos cariñosos (por decirlo de algún modo). Una especie de follonerismo a saco y sin vaselina.
Berto es un personaje que o te cae bien y te hace mucha gracia, o le pillas una tirria que antes de verle preferirías ser hermafrodita para sufrir a la vez un dolor de regla y de huevos. Y por eso es un gran artista, porque no te deja indiferente.
Andreu, el anciano, el uñas de caballo, el anecdotitas de abuelo, el friki-detallista (¡síii!, yo también me flipo con lo del cuentakilómetros y esos detalles absurdos), el gamer desubicado... Andreu es un sol. Y su equipo todo el sistema solar en el que no te importa perderte porque siempre hay una ecuación que te lleva al entretenimiento. Y puntualizo que sea ese sol, tornando esta entrada del Punk al Soul, comentando el detalle que tuvo anoche con mis amigos de poner el broche al programa con su historia de amor. A eso me refiero, que a su manera, tiene muy presente al público y es un feedback que agradecemos. Anoche volvió a hacerlo con los chavales mañicos.
El otro día todavía comentaba con mis amigas el tema este de la senectud del Jefe. El debate era si estaba más atractivo ahora o se le notaban un huevo los años. Omito en que lado estaba esta frikifan que escribe porque tengo una reputación que mantener.
Ver el programa al día siguiente es una putada para hacer comentarios. Y de gilipollas es lo que hice anoche, que estaba twitteando ya con la tele apagada y solté algo que ya se había dicho pero yo no sabía que se había dicho. Dicho lo cual, me hago nota mental: no tuitear chistes malos sin ver el programa. Queda carroñero. Y friki sí, pero no me como partes desechadas de una vaca muerta hace 2 semanas (a no ser que cene en el mcdonals).
Lo bueno es que tengo este blog. Así me quito el impulso de comentarlo todo. Lo digo aquí y arreando.
El invitado de anoche es para soltar unas palabras.
A mi el Sardá me gustaba en los principios de Crónicas Marcianas (uy que típicoooo), luego era todo gritos y daba penica ver un gran profesional dirigiendo el ala peligroso de un psiquiátrico. Y éste sí que está viejuno.
Cierto, dos catalanes juntos se catalanizan más. Es como el efecto potenciador de un medicamento con otro. Y lo de los acentos lo subrayo y aplaudo. ¿Por qué hay que autocensurar tu acento?. Los andaluces son graciosos... ¡tu-ru-rú!. Y los asturianos somos aldeanos, ¿no?, ¡anda a cagar a un sembrao de espinos!.
Ahora que parece que Andreu está agustico con el programa (sí, lo noto feliz y cómodo), va el otro a quitarle la ilusión. Bobadas. Seguro que Sardá echa de menos esos sacos de correo con peloteos y mozuelas enamoradas de una imagen. ¿Que Andreu está más calmado de mails y envios de cariño? Dan ganas de volver a dar pol saco pero... (Calma friki, calma, que te estás quitando...)
Esta noche hacen 50 programas En El Aire. Y pensar que fue el otro día cuando empezaron.
Echo memoria atrás y creo que sumando pasan de los 1000. ¿Qué sumo?, pues los Bf, BFN y EnElAire. Porrón bendito que nos hemos tragado muchos. Luego con los Buenas Noches y Buenafuente no sé donde encajarlos. Tal vez un bonustrack como si fuera aquel reportaje de los Estopa o la gran entrevista al no menos grande Pepe Rubianes.
Un programa especial "sin guión". Nadie Sabe Nada. Sin exagerar, alguien sabrá algo, ¿no?. Esta noche lo sabremos.
Gracias por existir.
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