Normal

El programa El convidat con Andreu podría resumirse en la palabra "normal".
No me sorprendió ver parte de su vida privada, que por otro lado, estaba ya al alcance de todos de su mano (para el que le interese ver al hombre persona y no exigir al payaso la risa infinita). Un trabajador ocioso. Unos minutos interesantes y bien hechos. Felicidades a todos por el resultado.

Hemos podido comprobar como los años pasan por todos, y hay cosas que nunca cambian.
Compartimos momentos cotidianos como preparar algo pa jalar, reunirse con los colegas, con los que más quieres, y charlar sin más. (Eso sí, ¡que "mal" vive el cabroncete!)

No descubrimos nada si nos dicen que Andreu es un apasionado de la pintura. Que no lo hace nada mal. Que tiene un estilo personal que a algunos asustará y a otros muchos nos agrada.
Y que la fotografía más que una afición es una obsesión. Y no lo digo yo, sino alguien que le conoce mucho mejor.
Una obsesión por la fotografía que nos ha enganchado, aunque no consigamos su grado de churrifotismo. Claro, es un artista. Y si encima lo combinamos con su faceta de dibujante, el resultado es de flipar en cada trabajo, en cada instante.
Un artista persona que no puede parar de pensar. Y si para algún día, siempre quedarán las ideas bien plasmadas en un diario de adolescente con perilla canosa. (si alguien tiene vista de águila, que traduzca).
Si algo he descubierto en este programa, es el amor. ¡Me he enamorado de Mel! Qué ricura.
¿Y lo mejor de ver a tu "ídolo" (arg, no me gusta esta palabra) al natural? Pues disfrutar de su sonrisa sincera. Mola un huevo ver felices a los que quieres.
Y también descubres algunas otras cosas: que esos codos necesitan un poco de hidratación, que las manos que tengo como fetiche (paranoia pasada) son herencia de doña Teresa, y que esas cutículas necesitan un pelín más de cuidado. Hidratación, aunque sea a lametones. :D
Lo que no entiendo es por qué tiene que ir de negro incluso por casa. ¿Tiene algo que esconder? ¿Tan bonito es el color?
¡Ah, claro! Es que aún está en plena operación gimnasio. ¿Y si los "bultos" aparecen por otros sitios?
Cuidadín con el jefe. Que haya permitido que nos acerquemos más a él, no significa que podamos hurgar en todo.
Venga va, dedos preparadoooos, ¡a cotillear!.
Me gusta la decoración de la casa; de las dos. Con tantos programas que enseñan casas, que se ven tantos estilos, una ya va pillando lo que le gusta y lo que no. Estoy de acuerdo con él, que esas vistas ofrecen demasiada información. Muy guapo para algunos momentos y agobiante si sólo quieres centrarte en el infinito invisible.

Resulta que a la noche le viene la inspiración. ¡Coño, como a mi!. Tendré que copiarle la idea de escribir cuadernos en la cama.

Momento squash interesante. Patitas de gallina (jajaja, que gracia me hacen). Charlas de hacerse mayor y de tener hijos. Fatal el suplir el tener hijos con el trabajo. Error. Sinceramente, le vendrían muy bien y le pegan mucho tener hijos. Por mucha familia que tengas, no son hijos. Ale, sin rumiarlo, a hacer deporte horizontal sin parar.

Un jefe hablando de como tiene que ser un jefe. Mira, este tema no me hace mucha gracia. Dime de qué presumes y te diré de qué careces. No es la persona más adecuada para hablar de como manda. Ahora, no me imagino que sea "mal jefe". Eso sí, como todos, mucha derivación (que es la palabra resumen de "yo me toco los cojones cuando me salga de los mismos y a vosotros ni se os ocurra moveros de primera línea").

Mal estudiante. ¡Discrepo!. No era un mal estudiante, eran malos profesores. Hay que encauzar al estudiante personalmente hacia los estudios, que encuentren el placer en saber más. Deben enseñarles a interesarse. Y la prueba está en que sin la presión injusta de "que te entre esto", con el propio interés, se puede aprender todo. Andreu es un tipo inteligente, y mucho. Cuidadín.

La madre de Andreu: ¡qué crack!. Qué mujer tan dulce. A la Pepa la metía en las máquinas esas que te plastifican las maletas en el aeropuerto. Uff, esos ladridos!! (pobres vecinos).

¡Ah, mira! Una cosa que no sabía: la casa de Cabrera de Mar. Muchas imágenes pero nunca me había interesado por su ubicación.
Silvia cada vez me cae mejor. Le voy pillando el rollo. ¿Marujeo? Tiene mirada de enamorada. ¡Molt bonic! Y menos mal que está para equilibrar al "desequilibrado". jejeje. Lo dicho, en ese hogar faltan churrumbeles. La parte de entrevista, guay, con la información justa y que te deja con un ¡aaah, oooh, ummm!.
¡La siesta del borrego! +1, totalmente. El mayor placer.

Discurso de catalanidad. Otra vez que estoy de acuerdo. Ha hecho más por el buen rollo hacia los catalanes que muchas iniciativas y mensajes absurdos. Y aquí puedo hablar desde mi propia experiencia. Me parto el culo cuando la gente le pregunta via twitter si habla en castellano o català. Cada uno es de donde es. Y punto pelota. El que no lo quiera aceptar, que se saque los ojos y se mire a sí mismo.

Y pintar y pintar. ¿Dije ya que me encanta? Como decía la profe de inglés, "repit, plis". ¡¡Qué guapo!!. Se nota que le dedica tiempo.
La presión del artista público. Me tranquiliza que le esté pillando el ritmo, el tempo, que lo pueda controlar. Es algo que se nota, que tiene aguante. Al fin y al cabo, los seguidores, los de verdad, no queremos incordiar, aunque la admiración magnificada de algunos (más bien /as) produzca un agobio indeseado.

Sin duda, Andreu es normal. Y será por eso que le ¿queremos? O_o
De momento aquí estamos.

Un besín.