- Te encaprichas con una cosa de tu ídolo, y no cesas hasta conseguirlo. (véase Churrirregalo)
- Tienes de fondo de pantalla en el móvil algo parecido a:
- Y a su vez, cuando te llega un mensaje suena: "Perrea, perrea". Sobretodo si te lo pusiste hace un año como muestra de apoyo, y aún lo mantienes por "cariño" o "porque te partes el ojete cada vez que lo escuchas".- Te entristeces si te ofrecen un trabajo fijo porque ese trabajo impedirá que vayas al programa.
(aunque al final, una conjunción de casualidades y lucha, hizo que pudiera ir al programa)
- Te has tuneado la taquilla para hacer más amena la llegada al trabajo.
- Te quedas más parada que la cara de la Duquesa de Alba cuando ves a tu ídolo por primera vez, quedándote clavada una espinita mu gorda.
- Una broma comienza a volverse una obsesión. (véase: me gustan sus manos-->tengo que darle la mano).
- Te pones a la cola para una firma que no te interesa, sólo para conseguir darle la mano a tu ídolo, y tras repartir peloteos y conseguir "garabatos de friki-fan", sales de la cola con un único pensamiento: ¡MIERDA, LA MANO!
-Faltas a tus principios de "no soy una fan histérica" y te pones a la salida de la firma (lugar estratégico) para darle la mano a la que pasa.
- Cuando consigues tu objetivo (en este caso, un apretón de manos), te das cuenta que no has disfrutado el momento, y ¡quieres más!. (Como recuerdo: apreté demasiado fuerte (ups!) y ¡qué sonrisa más bonita tiene (creo que me dijo "gracias") O_o)
No tengo imagen de todo esto, porque ¡bastante tenía con aguantarme los nervios y mantenerme en el lugar estratégico!. Eso sí, tengo un puñao de papeles con un valor incalculable para una friki-fan.
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